Las deficiencias en la planificación, organización y ejecución en la labor docente tienen un elevado coste personal. Ello nos tiene que llevar a ser conscientes del riesgo en adquirir el síndrome del agotamiento emocional. Por tanto, los docentes con niveles altos de competencias organizativas no solo desarrollan una formación enfocada en el conocimiento, sino que desarrollan procesos formativos con alta calidad profesional y se sienten cada vez con mayor satisfacción en el ejercicio de la profesión docente.